Hoy, luego de leer el anuncio de la última gira de Slayer, encuentro que el rock ha envejecido, que los gustos se han mantenido, pero la esencia ya no es juvenil, sino adulta y muy madura. La hegemonía de la fiesta, el baile y reggaeton ha hecho que el rock haya envejecido sin una renovación clara de los fundamentos de su éxito de sus épocas doradas, si hace más de 50 años, los Beatles emocionaban a las jovencitas a través de las transmisiones de la televisión, ahora, es Maluma o Nicky Jam quienes las deslumbran a través de las redes sociales.
El rock ya no es juvenil, ya no genera ni la atracción de las jovencitas en la era The Beatles, ni los excesos de los 70's, ni la rebeldía de los 80's, ni la decadencia de los 90's, todos aquellos protagonistas de cada generación ya no están, o se van retirando lentamente con giras multimillonarias de despedida, muertes repentinas o suicidios inesperados, el rock y las leyendas desaparecen, así como la realidad del mismo.
Este género que antes levantaba censura en las esferas conservadoras de la sociedad, ahora es tajantemente ignorado y es desconocido en general. Aunque existen algunas propuestas innovadoras, ya no capturan el interés de la juventud.
